El Alcorcón FS sumó un punto en su visita al Tres Cantos FS (0-0) en un encuentro que dejó una sensación de frustración en el conjunto amarillo. El marcador final no reflejó en absoluto lo sucedido sobre la pista, donde los de Toñín Ramos fueron superiores de principio a fin, generando numerosas ocasiones que, por falta de acierto y algo de mala fortuna, nunca encontraron el camino del gol.
El choque arrancó con un Tres Cantos muy intenso, tratando de aprovechar los primeros minutos para sorprender a un Alcorcón que entró algo frío en defensa. Ese empuje inicial apenas duró un par de acciones, porque pronto los visitantes se hicieron con el control del juego. A partir de ahí, el partido se convirtió en un monólogo amarillo: circulación fluida, presión alta y llegadas constantes al área rival. El Tres Cantos apenas inquietó en acciones aisladas, sin verdadera amenaza, mientras que el Alcorcón acumulaba oportunidades claras que inexplicablemente no se materializaron. El descanso llegó con un 0-0 que resultaba incomprensible a la vista de lo ocurrido.
La segunda mitad repitió el guion. El conjunto local intentó un arranque agresivo, pero pronto se vio superado por el dominio visitante. El Alcorcón volvió a monopolizar el balón y a generar ocasiones de todos los colores, pero la historia se repetía: disparos desviados por centímetros, intervenciones providenciales del guardameta Jesús, y un balón que parecía negarse a entrar. El Tres Cantos apenas dispuso de un tiro al palo y una acción aislada que Jesús resolvió con seguridad. Por lo demás, el peso del partido fue completamente amarillo.
En los últimos minutos, el técnico Toñín Ramos buscó romper la igualdad con portero-jugador. La estrategia surtió efecto en cuanto a la generación de peligro, con varias llegadas claras que pudieron decidir el encuentro. Sin embargo, la falta de puntería volvió a condenar al equipo, que se marchó con un empate que sabe a poco.
La sensación final es evidente: el Alcorcón hizo todo lo necesario para ganar, pero el fútbol sala tiene estas paradojas. El marcador resulta engañoso, porque la diferencia de ocasiones fue abismal, pero el premio se resistió.
Con este punto, el Alcorcón mantiene buenas sensaciones de juego y afronta con confianza su próximo compromiso, una salida exigente a Badajoz para medirse al Grupo López Bolaños, segundo clasificado y uno de los equipos más en forma de la categoría. El reto será mayúsculo, pero la certeza de que jugando a este nivel se puede competir contra cualquiera refuerza la moral de un equipo que sigue creciendo.





